¿Qué es el Gas Radón?
El gas radón es un gas radiactivo, invisible, insípido e inodoro, siete veces y media más pesado que el aire. Se encuentra en la naturaleza, en los suelos y rocas, y es liberado constantemente a la atmósfera.
Para entender el radón —dónde y cómo se forma, y cómo se mueve—, es necesario presentar primero su fuente natural: el uranio. Todas las rocas contienen pequeñas cantidades de uranio, generalmente entre 1 y 3 partes por millón (ppm).
Las rocas, al desintegrarse mecánica y químicamente, forman el suelo de la superficie terrestre. Por lo tanto, no debe sorprendernos que la mayoría de los suelos también contengan uranio en pequeñas cantidades. Con el tiempo, el uranio-238 —un tipo común de uranio— se descompone gradualmente en gas radón debido a su decaimiento radiactivo.
Comportamiento del Gas Radón
El gas radón se mueve libremente a través del suelo porque es químicamente “no reactivo”, es decir, no se combina con otros materiales. Cuando asciende hacia la superficie, se libera rápidamente al exterior, donde se diluye con el aire fresco de la atmósfera y no representa un riesgo significativo para la salud.
Sin embargo, el grado de exposición al Radón aumenta en ambientes cerrados. Esto ocurre porque la presión de aire en los interiores suele ser más baja que la presión en la superficie de la tierra, lo que genera un efecto de «aspiración». Cuanto más hermética sea una construcción, mayor será la concentración de radón.
¿Cómo ingresa el Gas Radón a las viviendas?
El radón puede acumularse debajo de las losas y cimientos de las construcciones y penetrar a través de:
- Grietas en el contrapiso.
- Grietas entre el vaciado de hormigón y la mampostería.
- Poros y grietas en bloques de hormigón o ladrillo.
- Juntas en las fundaciones.
- Espacios en pisos expuestos al terreno natural.
- Caños de drenaje.
- Juntas de madera.
- Pérdidas en las uniones de los caños.
- Materiales como granito.
- Agua.
- Gas natural.
Efectos en la Salud
El problema principal no es respirar el radón en sí, sino las pequeñas partículas que se generan mientras el radón continúa cambiando radiactivamente. Estas partículas, conocidas como productos de decaimiento —como el polonio-218 y el polonio-214—, liberan partículas alfa de alta velocidad que pueden dañar las células pulmonares y causar cáncer de pulmón.
Las partículas de decaimiento tienden a adherirse a las paredes del sistema respiratorio y a los tejidos pulmonares. Una vez dañadas, estas células pueden transformarse en células cancerosas.
Migración y Concentración del Radón
El patrón de migración del radón no está totalmente definido. Las características de los materiales y tipos de construcciones, así como la naturaleza del suelo y las rocas subyacentes, son factores importantes en su acumulación. Sin embargo, su concentración puede variar incluso en construcciones idénticas y suelos similares.
¿Por qué preocuparse por el Radón?
El radón es clasificado como un carcinógeno humano (grupo A), basado en estudios epidemiológicos realizados en minas subteráneas. Organizaciones de salud nacionales e internacionales, como la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y la Academia Nacional de Ciencias (NAS), han concluido que la exposición al radón causa cáncer de pulmón.
El Dr. Abel Canónico, presidente de la Asociación Argentina del Cáncer, anticipa que el cáncer será la enfermedad dominante del próximo siglo. Por ello, no conviene relativizar el problema del radón, ya que cualquier nivel de exposición debe considerarse potencialmente peligroso.
Referencias
- EPA Technical Support Document for the 1992 Citizen’s Guide to Radon.
- Consumer’s Guide to Radon Reduction (Air and Radiation), EPA.
- The Geology of Radon, U.S. Geological Survey.
- Environmental Radon Concern, C.R. and Smith, J.E., Jurisdiction (1987).
- Radiation: Doses, Effects, Risks (UNEP) (1985).